jueves, 18 de noviembre de 2010

LAS IGLESIAS DE CRISTO: ¿RELIGIÓN O NEGOCIO A TRAVÉS DE LA RELIGIÓN?


LAS IGLESIAS DE CRISTO:
¿RELIGIÓN O NEGOCIO A TRAVÉS DE LA RELIGIÓN?

Las Iglesias de Cristo son un movimiento religioso monoteísta que se basa en el reconocimiento de Jesús como figura central, y ha tenido gran acogida a nivel mundial gracias a la fe de los creyentes. Los líderes cristianos pertenecientes a este movimiento religioso tienen buena retórica y dominio sobre los textos bíblicos. Han conmovido a un gran número de creyentes, teniendo éxito como organización y extendiéndose por toda Latinoamérica hasta llegar a Colombia. Particularmente, en Cali, hay un número importante que va en aumento de diferentes organizaciones cristianas, las cuales tienen por meta, aumentar el número de personas y de sedes. La mayor motivación es convocar a la gente para que construyan el tempo de Dios, que se encuentra distribuido en diferentes iglesias, dirigidas por distintas familias o grupos de familias, lo que no sucede en la iglesia católica que es regida por una sola organización eclesiástica. Por tal razón hace que varíe un poco de una iglesia a otra. Esto les da la posibilidad de imponer sus propias reglas según sus fundadores, permitiendo que se haya convertido finalmente en un negocio que se mueve a través de la religión.

Este tiene como fin, convertirse en el estilo de vida de muchas familias. No tienen que envidiarle nada a las otras organizaciones mundiales, ya que en comparación con el grupo musical los Rolling Stones, conformada por: Mick Jagger, como director general, Keith Richards, Charlie Watts y Ronnie Wood, la cual es catalogada una de las 10 mejores organizaciones más perdurables del mundo, las Iglesias de Cristo operan también como una organización corporativa global eficaz.  Los Rolling Stones han construido una sólida estructura organizacional, con diferentes divisiones para manejar diferentes aspectos del negocio.  Al frente de la organización se encuentra un equipo gerencial conformado por cuatro miembros de la banda, los cuales tienen a su cargo unas compañías interrelacionadas que se dedican a una parte específica del negocio. En ocasiones, cada compañía puede emplear una docena de personas. Cuando la banda está de gira el número de personas aumenta y la organización se convierte en una floreciente compañía. Así como ellos, los cristianos tienen un movimiento llamado el G12, en el cuál los pastores tienen a su cargo doce discípulos, quienes a su vez se hacen cargo de una célula o grupo de oración que no tiene un número límite de miembros. Cada iglesia cristiana tienen a la cabeza una familia de la cual pueden salir cuatro líderes, como lo son el pastor, la pastora y su descendencia. En este caso si tuvieran dos hijos, entonces la cadena se multiplica, pues cada hijo conforma una familia nueva, la cual tiene una descendencia que finalmente también hará parte del negocio. Estos tendrán a cargo otra docena de personas trabajando en diferentes labores de la iglesia, cada uno con una célula de número ilimitado de personas, como una floreciente compañía en marcha.

A esto se le suma el diezmo, una práctica muy antigua profesada por Jesús para ayudar a los predicadores del evangelio, los levitas, los huérfanos, las viudas y las personas más necesitadas. Actividad que hoy es la principal fuente de ingresos de las Iglesias de Cristo. El diezmo tiene derivaciones tales como la siembra, la primicia y la limosna. Todas con diferentes connotaciones pero con un mismo fin, que es dar algo de lo que se tiene a otros. En principio, el dinero recogido por los predicadores era para repartirlo entre los más necesitados, más no para tomar parte de él para su propio beneficio. Lo único que podían recibir los predicadores era posada y comida de un hogar digno, como ayuda para subsistir y seguir con su labor dando a conocer la palabra de Dios. En la actualidad, diezmar ha cambiado drásticamente, pues basados en los textos bíblicos los pastores promueven la idea de entregar los diezmos y las primicias a Dios para cumplir con los mandamientos. Pero Dios no es tangible, no lo podemos ver ni tocar, no es una manifestación física. Entonces, a quien se le podría entregar el diezmo, cuando en realidad lo que promovía Jesús era que se ofrecieran los frutos de la tierra y el producido a Dios como un símbolo de agradecimiento, y que se compartiera algo con los menos favorecidos.

Es lógico pensar que los sacerdotes de la iglesia católica se sometan a los votos de pobreza, renunciando a todo lo material, como los antiguos predicadores del evangelio para seguir la tradición. En 1 de Corintios:18 Jesús dice: “¿Cuál, pues, es mi galardón? Que predicando el evangelio, presente gratuitamente el evangelio de Cristo, para no abusar de mi derecho en el evangelio”, es decir, no recibir dinero por él. Sin embargo los pastores de las iglesias cristianas amansan fortunas y con ellas compran estaciones de radio, canales de televisión, jets, carros lujosos y terrenos. El dinero sale de los diezmos que lo miembros de la congregación entregan desinteresadamente para cumplir un mandamiento, sin importarles que hagan con este dinero o como lo distribuyan y con qué fin. Esta es la respuesta que siempre recibo de un cristiano.

Dios no necesita del dinero de nadie para mantener su reino, pero es necesario conseguir dinero para mantener las instalaciones de las Iglesias de Cristo que deben pagar agua, luz e impuestos, así como el personal de la iglesia. También se realizan recolectas de dinero por televisión, páginas de internet y estaciones de radio con falsas promesas de recibir bendición de Dios por su aporte. Esto produce engramas o programaciones relacionadas con la influencia que tienen ciertas imágenes y hábitos que se relacionan con otras cosas, produciendo malestar, bienestar o en el peor de los casos dependencia a realizar involuntariamente algo, llevando por los impulsos que no pueden ser controlados por la razón. Muchos de estos impulsos llevan a la gente a entregar su dinero, porque lo relacionan con recibir bendiciones en el área financiera y otros aspectos de la vida, creyendo que así están cumpliendo la función de mantener el reino de Dios y dar a conocer la palabra a otros.

Actualmente, la religión llamada cristianismo, se convierte en un negocio rentable, que ofrece los mejores servicios, en las mejores instalaciones, con pantallas plasma para leer las canciones y los versículos.  Estas cuentan con aire acondicionado y una cartilla informativa con horarios de atención, teléfonos y dirección para consultas privadas, y un plan de lecturas bíblicas. Pero todas estas actividades no son más que estrategias de marketing, atención y servicio al cliente, para que la gente se sienta cómoda y vuelva a visitar la iglesia cuantas veces le sea posible, ya que deja una experiencia placentera que los feligreses quisieran volver a repetir. La gente se siente tan comprometida con esta causa que el día que no asisten a un lugar de estos sienten que la bendición va a desaparecer o que su suerte puede cambiar, por haberse alejado de Dios, lo que genera un sentimiento de culpa, cuando en realidad a Dios se le lleva por dentro, en cada buena acción y obra que se hace por los demás y por uno mismo. Ese dinero que se entrega en estas iglesias lo puede estar necesitando su familia o algún familiar que no pueda acceder a educación superior, o usted, puede ayudar a darse una mejor calidad de vida que le permita ser más generoso con otros, para que cuando Dios toque a su puerta tenga con que darle para un pan y no le niegue su ayuda porque “oh ya di a la iglesia”. En estos casos se pierde la voluntad propia, porque “oh es la voluntad de Dios”. Y en donde queda la voluntad de cada persona para salir adelante por sus propios medios, medios que no sean manipular a las personas con la fe y apuntar con la biblia como si fuera un arma para conseguir que la gente haga lo que se le pide, o en el peor de los caso para que se vuelva dependiente de su propia religión cuando la esclavitud ya fue abolida.

No todas las iglesias tienen tanto poder económico, hay iglesias que son muy pobres; iglesias en las que los pastores pasan trabajos, y están a merced de delincuentes y personas  que arremeten contra ellos, poniendo en riesgo sus vidas cuando estos logran cambiar a hombres, mujeres, jóvenes y niños que han llevado una vida en donde la dignidad humana ha sido vulnerada como son los casos de prostitución, maltrato familiar y tratos injustos en el trabajo o problemas de drogadicción. Estas iglesias no realizan eventos ostentosos; por el contrario, los únicos eventos que realizan son el día del padre y la madre, el de los niños o celebran la navidad. No tienen dinero para invertir en marketing ni vallas publicitarias, ni siquiera para mandar a imprimir cartillas con el plan de la semana para los feligreses. Mucho menos para traer un cantante cristiano ganador de un Grammy. Estas personas hacen una labor social admirable, todo lo que recogen además de ayudar al sostenimiento del templo y darles algo de comer, es utilizado también para ayudar a las personas que tienen alguna precariedad y necesitan para los gastos básicos. Realmente están cambiando la vida de otros de forma positiva a través de Dios, pero muchas de estas iglesias en la actualidad se han convertido después de 20 o 25 años en los grandes monopolios del movimiento cristiano en Cali, que organiza encuentros en el estadio, la plaza de toros y promueve la construcción de templos nuevos de su misma organización. Amplían las instalaciones antiguas, y tienen proyectos tan grandes como las mega obras de la ciudad de Cali. Ahora, las organizaciones cristianas construyen templos no sólo para realizar cultos cristianos, también quieren tener guarderías, jardines infantiles, colegios y una universidad cristiana. Estas iglesias están ofreciendo un servicio a la comunidad de educación superior para el futuro, pero no es gratuito, es en realidad un nuevo negocio formado a través de la religión.

En conclusión,  la religión es un estilo de vida que se volvió útil para otros, otros que ven las oportunidades en Dios, quien los ha bendecido con una gran idea empresarial, “dar a conocer la palabra”. Sí, dar a conocer la palabra, así como lo oyen, aunque todos podemos acceder a ella con tan sólo abrir la biblia. Hoy en día hay diferentes lugares cerca de su hogar donde usted puede conocer la palabra de Dios con las mejores atenciones, y de las formas más didácticas posibles para su entretención.

Como la fe de la gente es tan grande, se dejan llevar por los impulsos y no razonan cuando se trata de entregar su dinero, pues creen que entre más den, más van a recibir, sin embargo esta actividad es obligatoria sólo para el pueblo de Israel. En Juan 10: 11 se lee: “Yo soy el buen pastor, el que da la vida por sus ovejas”. Es decir, Dios es el único pastor. Pero en la actualidad él no es el único: tiene un gran número de competidores; o sea, personas que se autodenominan pastores. En el caso de los doce apóstoles nombrados por Jesús, como representación de las doce tribus de Israel, actualmente en las iglesias cristianas se pueden encontrarán muchos más apóstoles, que no fueron nombrados por Jesús, y se dan ese calificativo.

He podido concluir también que la Biblia tiene un estilo de escritura que se presta para muchas interpretaciones, todo depende de quién lea el texto y las intensiones que tenga con él, haciéndolo vulnerable al manoseo de inescrupulosos, falsos profetas, quienes se hacen llamar pastores, utilizando los textos a su propia conveniencia. Es claro que la idea de Dios tiene un poder emocional impresionante en las personas y que esto puede generar que oportunistas con una biblia en la mano acumulen grandes cantidades de dinero.

Muchos de los milagros que se presencian en las Iglesias de Cristo hacen que las personas crean que allí se encuentra Dios, pero la gente se puede curar con tan sólo tener la fuerte intensión de hacerlo. José Silva el famoso inventor del método Silva dice: “Dos cosas añaden poder a las palabras que utilizamos: nuestro nivel mental y el grado de participación emocional con que lo decimos”. Con esto el autor se refiere a, que dependiendo de la intensidad que sentimos lo que decimos o pensamos, esta tendrá un efecto positivo o negativo, que impulsa a actuar de forma determinada, siendo cada persona la directa responsable de su triunfo o fracaso. Pero la gente que se congrega en las iglesias piensa que esto se debe a que el poder de Dios, desciende más en estos lugares, cuando el poder mental de cada uno puede tener un efecto mayor.

Finalmente puedo concluir, que la fe y las creencias son dos cosas que pueden ser aprovechadas por otros a unos niveles inimaginables, lo que hace vulnerable al ser humano. Es importante no perder el buen juicio antes en embarcarnos en una aventura “cristiana”, de mundo, que en la actualidad se encuentra muy alejada de lo que fue en principio, pues hoy parece más un parque de diversiones donde todos los sueños se hacen realidad, que la oportunidad de tener una comunión íntima con Dios.

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